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Las Danzas de Carácter

Autor: Katherine Laitón Penagos*

Definir las Danzas de Carácter no es fácil, pues hay diferentes puntos de vista que pueden generar confusión al mezclar conceptos. En este apartado intentaremos introducir algunas de esas definiciones y apuntaremos con cuáles de éstas estamos de acuerdo.

Por un lado, Lifar (1968, p. 49) hace una diferenciación entre danzas características y danzas clásicas: “Lo más frecuente es entender por ‘danzas características’ las danzas cómicas, corrientes, y por ‘clásicas’ las danzas de arte propiamente dichas, de inspiración elevada”

Además de esta diferenciación apunta (1968, p. 51) que hay que distinguir lo académico de lo no académico, siendo lo primero un estudio enmarcado dentro de un estudio sistemático de la danza que se desarrolla continuamente, y lo segundo se reserva para las demás danzas, como bailes regionales o improvisaciones. Si tenemos en cuenta este último aporte, podríamos pensar que las danzas características, no en el sentido de danzas corrientes sino al insertarlas en la estética del ballet, hacen parte de un estudio académico, por lo tanto se diferencian de los bailes populares. 

Por otro lado tenemos la definición de Danzas de Carácter que hace Hechavarría (1998, p. 168), la autora dice que reciben este apelativo los bailes de raíz folclórica, o las danzas grotescas, pintorescas o propias de algunos personajes teatrales específicos, tales como hechiceros, ancianos y tipos nacionales, etc., al igual que ciertos personajes de carácter irreal o de rasgos típicos. Para este tipo de danzas y representaciones se usa una forma especial de calzado, los cuales se diferencian notablemente de las usuales zapatillas de punta y media punta, pues generalmente usan tacón y en su apariencia lucen más cercanos al calzado no teatral. 

Esta autora sigue relacionando lo folclórico con las Danzas de Carácter, y es importante aclarar que, aunque provienen del folclor, estas danzas se insertan dentro de la estética del ballet, pues se trata de estilizaciones y adaptaciones de diferentes pasos de bailes folclóricos dentro de la coreografía propia del ballet. 

Un aporte más que hace Hechavarría es mencionar los personajes específicos, llamados también personajes de carácter. A este respecto Blasis, en su tratado, definió algo que va a ser fundamental en el desarrollo del ballet: los diferentes físicos de los bailarines:

… establece tres tipos: el serio, el demi-caractère y el cómico. El bailarín serio sería lo que hoy en día se conoce como bailarín noble, es decir, el tipo de bailarín al que se asocian los papeles de príncipe […] El bailarín demi-caractère es aquel bailarín que, sin tener el físico del bailarín noble, normalmente de menor altura y de figura más compacta, tiene una mayor facilidad para la exuberancia técnica […] El bailarín cómico sería lo que hoy llamaríamos bailarín de carácter y su función es más dramática que técnica […] Blasis no hablaba de esta codificación para las bailarinas, pero a lo largo de la historia ha venido dándose de igual forma en bailarina clásica, soubrette y bailarina de carácter (Abad Carlés. 2012, p. 62).

Como lo hemos visto en la introducción a este trabajo*, los personajes que encarnan un papel de carácter hacen más mímica que danza, por lo general, y en esto radica la diferencia de los dos términos.

Entonces, ¿cómo definimos las Danzas de Carácter? Como hemos visto anteriormente, estas danzas surgen en el siglo XIX como una forma de expresión dentro del espectáculo del ballet. En principio se utilizaron como divertimentos donde se mostraban llamativas y elocuentes despertando gran interés en el público por imitar figuras populares de personajes como héroes, campesinos y mesoneras, utilizando movimientos diferentes a los del ballet. Es decir, las Danzas de Carácter al ser incorporadas a las coreografías propias del ballet renuevan sus repertorios y recuperan su origen popular con lo cual estos se hacen menos hieráticos y más variados. 

Una definición y mejor acercamiento a estas danzas, según Ana Abad Carlés (2010, p. 365) es:

Tipo de danza que toma el folclore nacional como punto de partida. Importante por su empleo en todas las obras de los períodos romántico e imperial, Fokine seguiría utilizándola y desarrollándola en sus primeras obras. La danza de carácter sigue formando parte del currículum de un buen número de las grandes escuelas de danza por su importancia en el desarrollo del ritmo y la coordinación en los bailarines. 

Como sabemos, en su origen las Danzas de Carácter surgen de las danzas tradicionales y las danzas sociales europeas, y tienen su florecimiento en los escenarios del siglo XIX. A partir de las representaciones de Fanny Elssler y posteriormente de las coreografías creadas por Marius Petipa se le dará entrada a las Danzas de Carácter dentro de las piezas de ballet. Este coreógrafo incorporará en sus obras variaciones surgidas del intercambio entre lo puramente clásico y no convencional.

Por su parte, Paulina Ossona (1984, p. 12) menciona en su libro que la danza clásica se subdivide en tres grandes ramas: danza noble, danza de carácter y danza de semicarácter. La primera puede definirse como la danza del estilo clásico más puro, la segunda como danzas inspiradas en bailes tradicionales o en bailes que imitan los movimientos propios de una persona o un oficio, y la última se define como una danza inspirada en lo mismo que la anterior pero realizada con la técnica de la danza clásica. 

Según lo anterior, las Danzas de Carácter estudiadas en este trabajo se insertarían en la definición de danzas de semicarácter. Una vez más, aparece dentro de las definiciones encontradas la confusión entre danzas de carácter y personajes de carácter, pero, como lo hemos dicho anteriormente, en este estudio nos interesa es la danza como tal. 

Por otra parte, y siguiendo con los planteamientos de Ossona (1984, pp. 69 y 70), las danzas folclóricas, que no han perdido aún su vigor, forman parte de la tradición de algunos países. Así aparecen los llamados ballets folklóricos, los cuales divulgan la cultura popular de sus respectivos países y regiones dando importancia al estudio formal de estos tipos de bailes. Por lo tanto estas danzas, aunque recrean los bailes populares, están destinadas a ser mostradas en escenarios. Podríamos clasificarlas en tres tipos:

 

- Danzas folklóricas propiamente hablando (con un origen en las ceremonias o ritos tradicionales.

 

- Danzas populares (las que baila el pueblo en cualquier ocasión).

 

- Danzas popularizadas, provenientes de las altas clases y creadas por maestros para luego ser adoptadas por el pueblo.

 

Dentro de la última clasificación caben las polkas, mazurcas, valses, entre otros, los cuales serán retomados por el ballet para adoptarlos dentro de su estética. 

Como vemos, existen diferencias entre las danzas folclóricas y las Danzas de Carácter. Las danzas folclóricas son, según Josefina Elósegui (1980, p. 14), “aquellas que cada cultura recibió, adaptó y transmitió a las generaciones siguientes; reflejan las raíces de un pueblo, su sentido del arte, sus tendencias…”. Por su parte, las Danzas de Carácter, según el maestro Rumen Ivanov Rashev**, “son basadas sobre las danzas folclóricas de diferentes países y regiones, por supuesto muy estilizadas para así poder formar parte de ballet clásico, pero siempre conservando las características nacionalistas”.


Con las definiciones anteriores hemos aclarado mejor la relación entre danzas folclóricas, Danzas de Carácter y personajes de carácter. Sin embargo no sobra dar un vistazo a otras definiciones que podemos encontrar en la Web; una de ellas la aporta Mariana Sánchez (2012), la cual dice que hay una diferencia entre las Danzas de Carácter bailadas por bailarines clásicos y Danzas de Carácter para mostrar el folclor europeo en su forma más pura, es decir, ella opina que existen Danzas de Carácter fuera del repertorio del ballet clásico. En nuestra opinión se está confundiendo el ballet con ballet folklórico, pues no es lo mismo decir que los bailarines clásicos se entrenen en Danzas de Carácter, a decir que los bailarines de folclor se entrenen en ballet para darle elegancia a sus danzas. 

Sánchez afirma que las Danzas de Carácter se insertan dentro del ballet para darle colorido a las obras. También habla de que la clase de estas danzas mantiene la misma estructura que la de ballet: barra y centro, siendo la primera para mantener la limpieza de los ejercicios normales como pliés, tendus, fondues, etc., agregándole el estilo general del carácter con brazos y cabezas marcadas. En el centro se harán otros ejercicios y combinaciones para lograr un buen desarrollo de estas danzas. Cabe resaltar lo que Sánchez dice: las Danzas de Carácter permiten al bailarín el desarrollo de una mejor expresividad y mejora su coordinación. 

Por otro lado, como apunta Ángel Zamora (n.d., párrafo 3), “Cada pueblo tiene sus danzas propias y con un carácter nacional bien determinado. Unas danzas se importan o exportan, pero son adaptadas a las características y peculiaridades de esos lugares”; esto nos da a entender que también el ballet puede retomar las danzas típicas de cada pueblo y adaptarlas a su estética para ponerlas en escena.

 

Para resumir mucho de lo que anteriormente se ha tratado, hemos encontrado una definición en la Web que puede englobar este tema: Las Danzas de Carácter (también llamadas de semicarácter o características) son recursos expresivos del ballet que representan una de las formas del arte coreográfico. Presentan metodología propia, con terminología técnica específica y estructura de clase fundamentada en los principios de la danza clásica académica***. En el repertorio del ballet hay varias obras desarrolladas en ambientes de cortes y, como todo baile en la corte tenía inicio con una polonesa y cierre con una mazurca, y considerando que los invitados llegaban de otras tierras, principalmente Hungría, Rusia, España y Oriente, es indispensable la formación del bailarín en el conocimiento de los principios de ejecución de la técnica de esas danzas y la comprensión de las características más resaltadas de esos pueblos. Las danzas húngaras, polonesas, rusas, españolas y orientales son obligatorias en la formación de cualquier bailarín de ballet en Rusia, y su aprendizaje es paralelo al de la danza clásica. No se presentan obras de repertorio sin tener conocimientos sobre este tipo de danzas****.

 

Estos últimos aportes encontrados en la Web nos aclaran mucho el panorama sobre estas danzas.

Finalmente, vemos que hay múltiples maneras de definir las Danzas de Carácter, sin embargo cabe concluir que resaltamos la visión de Ossona (1984, p. 74):

“En mi opinión, las danzas de carácter pertenecen a un subgénero que tiene sus fuentes en ambas formas de la danza y que si ha podido transmitir al folklore algo de refinado academicismo, también agrega al espectáculo del ballet, esa dosis de esparcimiento algo excitante, indispensable para contrarrestar el empalago proveniente de la inamovible elegancia y simetría de la danza clásica.”



*Laitón Penagos, Katherine.  Danzas de Carácter. Electiva para el  pensum de la Licenciatura en Educación Básica en Danza de la Universidad de Antioquia. Proyecto Pedagógico para optar al título de Licenciada en Educación Básica en Danza. Asesor René A. Martínez Ydrogo. Universidad de Antioquia, Medellín, 2013. 

** Nacido en Bulgaria en 1957. Bailarín de la Escuela Vaganova; primer bailarín de la Ópera Nacional de la ciudad de Plovdiv (Bulgaria) en 1981. Etoile de la Ópera Nacional de Sofía (Bulgaria) de 1982 a 1990. Actualmente maestro en UNEARTE, Teresa Carreño, Ballet de Las Américas y Endanza, en Venezuela. Logramos su colaboración con la definición de Danzas de Carácter a través de un contacto directo con él en la Web. 

*** Tomado de: http://sanucleodedancas.com.br/?page_id=69 

**** Tomado de: http://planoballet.blogspot.com/2010/02/carater.html


Bibliografía referenciada

Abad Carlés, Ana. (2010). Historia del ballet y de la danza moderna. Madrid: Alianza Editorial.

Elósegui, Josefina. (1980). Apreciación de la Danza. Guía de estudio. La Habana: Editorial Pueblo y Educación.

Hechavarría, María del Carmen. (1998). Alicia Alonso más allá de la técnica. España: Universidad Pontificia de Valencia. 

Lifar, Serge. (1968). La danza. Barcelona: Editorial Labor S. A. 

Ossona, Paulina. (1984). La educación por la danza. Barcelona: Ediciones Paidós.


Cibergrafía referenciada

Sánchez, Mariana. (2012). Danzas de Carácter. Recuperado el 12 de noviembre de 2013 en el sitio Web: http://abcdanzar.blogspot.com/2011/12/danzas-de-caracter.html 

Zamora, Ángel. “Tipos”, en Danzas del mundo. Recuperado el 12 de noviembre de 2013 en el sitio Web: http://danzasdelmundo.wordpress.com/tipos/



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